Blog

Se cierra la laguna legal sobre las demandas por lesiones debidas al interruptor de encendido de GM

Las lesiones cerebrales son una de las muchas demandas contra GM.

Muchos estadounidenses estaban molestos por el rescate y la reestructuración de GM de 2009, por varias razones. Una de esas razones era que la reorganización protegía la “nueva” GM de las responsabilidades civiles heredadas derivadas de las acciones de la “vieja” GM. Sin embargo, esta laguna lo más probable es que no se aplique a la reciente ola de demandas que surgen en respuesta al interruptor de encendido defectuoso de GM. En efecto, si se determina que GM ocultó, a sabiendas, los defectos antes de 2009 para que los conductores no fueran conscientes de que tenían una causa para la acción contra la empresa hasta mucho más tarde, a los demandantes se les permitiría hacer valer sus derechos en contra de GM ahora.

Una de dichas demandas tiene que ver con Megan Phillips, de 17 años, que sufrió una lesión cerebral traumática cuando su Chevy Cobalt perdió energía repentinamente y se estrelló. Sus dos pasajeras, Natasha Weigel y Amy Rademaker, murieron.

Las investigaciones han revelado que este accidente siguió un patrón que es ahora muy familiar para aquellos que han estado siguiendo el caso de GM. El exceso de peso de un llavero adjunto a la llave de encendido en el coche de Phillips, en combinación con los empujones naturales de la conducción, hizo que el interruptor de encendido cambiara de posición de “encendido” a “accesorio”. Éste desconecta la energía de todos los sistemas del motor, incluidas las bolsas de aire.

Una demanda de nueve cargos ha sido interpuesta contra GM por Megan Phillips, así como por administradores que representan sus amigas fallecidas, alegando que GM fue el responsable de los problemas con el coche, ya que GM conocía los defectos ya en 2004 y aun así no emitió ningún aviso de retiros, ni advirtió a los consumidores hasta este año.

La naturaleza exacta de las lesiones de Megan no se menciona en la descripción de la demanda, que sólo menciona una lesión cerebral “severa”. La demanda persigue daños no especificados por gastos médicos pasados ​​y futuros, pérdida de ingresos y la pérdida potencial de ingresos futuros.

Las lesiones cerebrales son uno de los peores tipos de lesiones que uno puede sufrir, ya que debido a la naturaleza compleja del cerebro pueden tener consecuencias duraderas. El cerebro no se cura de la misma manera un hueso roto, una contusión o una cicatriz. Algunas consecuencias comunes de una lesión cerebral traumática incluyen:

• Disminución de la función cognitiva
• Pérdida de la memoria
• Deterioro de la coordinación o equilibrio
• Pérdida de la visión o audición
• Depresión, ansiedad, frustración y otros problemas emocionales
• Problemas de control de impulsos
• Cambios en la personalidad

Estas consecuencias son trágicas para cualquier individuo, pero sobre todo para una joven de 17 años de edad que tenía toda su vida por delante.